Malformaciones linfáticas en los niños
¿Qué es una malformación linfática en los niños?
Una malformación linfática es un vaso linfático que no se formó correctamente. El vaso atrapa el líquido linfático y causa la formación de quistes. Su hijo puede tener 1 o más de estos quistes.
Los vasos linfáticos forman parte del sistema linfático, que es parte del sistema inmunitario y ayuda a combatir las infecciones y otras enfermedades. También ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, para lo cual vacía el exceso de líquido en los vasos sanguíneos. Este sistema incluye lo siguiente:
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Linfocitos. Glóbulos blancos que combaten las infecciones y las enfermedades.
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Linfa. Glóbulos blancos que contienen líquido.
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Vasos linfáticos. Conductos delgados que llevan el líquido linfático a todo el cuerpo.
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Ganglios linfáticos. Ganglios en forma de riñón. Se encuentran en la axila, la ingle, el cuello, el tórax, el estómago y otras partes del cuerpo.
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Otros órganos o tejidos del cuerpo. Por ejemplo, la médula ósea, el bazo, el timo y las amígdalas. Otros órganos, como el tubo digestivo, también tienen tejido linfático.
Algunas malformaciones linfáticas afectan el tejido cercano, lo que puede ocasionar problemas e impedir que el tejido funcione como debe. Por ejemplo, una malformación en el pecho puede causar problemas respiratorios y poner la vida en peligro.
¿Cuáles son las causas de una malformación linfática en los niños?
Una malformación linfática es un problema con el que su hijo nace (es congénito), lo que significa que se produjo durante la gestación, cuando el bebé se estaba formando. Cuando se formaron los vasos linfáticos, tal vez se obstruyeron y se agrandaron, lo que podría causar la acumulación de líquido linfático.
¿Cuáles son los niños que corren riesgo de tener una malformación linfática?
Esta afección es más común en los bebés cuyas madres son mayores. Los bebés con ciertos problemas cromosómicos también tienen un riesgo más alto, entre ellos, el síndrome de Down y el síndrome de Turner.
¿Cuáles son los síntomas de una malformación linfática en los niños?
En la mayoría de los casos, el proveedor de atención médica de su hijo puede detectar los síntomas en el momento del nacimiento. Si no hay síntomas al nacer, a menudo estos comienzan antes de que el bebé tiene 2 años.
Los síntomas pueden ser algo distintos para cada niño y dependen del tamaño de la malformación y de dónde se encuentra. Pueden incluir los siguientes:
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Un bulto o un tumor blando y suave que aparece con más frecuencia en el cuello. También puede encontrarse en la cabeza, la boca, la lengua, el pecho, el estómago, los brazos, las piernas o el escroto y el pene de su hijo.
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Un bulto o un tumor que se agranda rápidamente, lo que puede deberse a sangrado o a una infección.
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Hinchazón, dolor, sangrado e infección. Los signos de infección pueden incluir enrojecimiento, calor, dolor, hinchazón y supuración.
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Una malformación en el pecho puede causar dificultades para respirar y para tragar.
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Una malformación en el ojo puede causar dificultades para ver.
Los síntomas de esta afección pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Procure que un proveedor de atención médica vea a su hijo para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica una malformación linfática en un niño?
Un proveedor de atención médica puede observar esta afección en su bebé por primera vez durante la realización de una ecografía en el embarazo.
También es posible que necesite hacerse una resonancia magnética durante el embarazo. Esta prueba permite observar una malformación linfática. Para las resonancias magnéticas se usan grandes imanes, ondas de radio y una computadora para crear imágenes.
Después del nacimiento, el proveedor de atención médica de su bebé puede diagnosticar una malformación durante un examen. Es posible que también haya que hacerle a su bebé las siguientes pruebas:
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Tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés). Con esta prueba se observan imágenes de rayos X detalladas de cualquier parte del cuerpo y permitirá determinar si hay otros órganos conectados con la malformación.
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Resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés). También puede usarse una resonancia magnética después del nacimiento, una prueba más detallada que una tomografía computarizada.
¿Cuál es el tratamiento para una malformación linfática en los niños?
El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado de salud general de su hijo. También, de la gravedad de la afección.
El proveedor de atención médica de su bebé puede derivar al pequeño a un especialista para su tratamiento. Es posible que a su bebé deba atenderlo un médico especializado en garganta, nariz y oídos (otorrinolaringólogo) o un cirujano. También es posible que su hijo tenga que ver a un médico que se especializa en tratar afecciones con procedimientos guiados por imágenes (radiólogo intervencionista).
Observación
El proveedor de atención médica de su hijo puede vigilar (controlar) la malformación. Estará atento a los signos de infección, sangrado o aumento de tamaño.
Medicamentos
Si su hijo tiene una infección, tendrá que tomar antibióticos.
Cirugía
Es posible que su hijo necesite cirugía para eliminar (extirpar) los quistes pequeños y algunos grandes. Los quistes pueden extirparse parcial o totalmente.
Escleroterapia
Es posible que le apliquen a su hijo inyecciones en los quistes que pueden destruirlos. Quizás se necesiten varios tratamientos.
Laserterapia o ablación por radiofrecuencia
Con este tratamiento se destruirán los quistes con un rayo láser o con ondas de radio. Se usan en los quistes pequeños o en los que están en la piel o la boca. Tal vez se necesiten varios tratamientos o puede que se usen junto con otros tratamientos.
¿Cuáles son las complicaciones posibles de una malformación linfática en un niño?
Una malformación linfática que no se trata puede causar problemas. Puede aumentar rápidamente de tamaño, infectarse o sangrar. Incluso si la malformación de su hijo se trata, puede reaparecer.
Otras complicaciones dependen de la ubicación y del tamaño de la malformación. Pueden incluir las siguientes:
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Los quistes grandes en el cuello o el pecho pueden interferir en la respiración y la deglución. Esto puede poner la vida en peligro.
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Sangrado.
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Infección.
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Malformaciones de los tejidos blandos y los huesos.
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La cirugía puede dañar el tejido cercano o causar sangrado u otros problemas.
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La escleroterapia puede provocar daños, según el medicamento que se usa.
¿Cuál es el manejo de una malformación linfática en un niño?
Si su hijo tiene esta afección, su proveedor de atención médica puede vigilar la malformación para detectar si hay cambios. Es posible que su hijo necesite cuidados posteriores después de la cirugía o de otros tratamientos. Vaya a todas las visitas de control.
Tal vez su hijo necesite atención dental especial. Puede que también haya que tener cuidado de no lastimar la zona afectada. Hable con el proveedor de atención médica de su hijo acerca de cómo manejar la afección.
Cuándo llamar al proveedor de atención médica de su hijo
Llame al proveedor de atención médica de su hijo si el niño tiene dificultades para respirar o tragar. Si esto ocurre de forma repentina, llame al 911 o vaya a la sala de emergencias.
También debe llamar al proveedor de atención médica de su hijo si hay cambios en la malformación, si esta sangra o si parece estar infectada. Los signos de infección incluyen enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor y supuración.
Información importante sobre las malformaciones linfáticas en los niños
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Una malformación linfática es un vaso linfático que no se formó correctamente. El vaso atrapa el líquido linfático y causa la formación de quistes. Su hijo puede tener 1 o más de estos quistes.
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Se trata de una afección con la que su hijo nace.
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Aparece con más frecuencia en el cuello.
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La mayoría de las malformaciones linfáticas se diagnostican en el momento del nacimiento. Las demás suelen detectarse cuando el niño tiene 2 años.
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El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar la malformación linfática u otros métodos para destruirla.
Próximos pasos
Consejos para ayudarlo a aprovechar al máximo la visita con el proveedor de atención médica de su hijo:
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Tenga en claro la razón de la visita y qué quiere que suceda.
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Antes de la visita, anote las preguntas que quiere hacer.
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En la visita, anote el nombre de los nuevos diagnósticos y de todo nuevo medicamento, tratamiento o prueba. También anote las instrucciones que el proveedor le da para el niño.
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Sepa por qué se receta un tratamiento o un medicamento, y cómo esto ayudará a su hijo. Conozca los efectos secundarios.
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Pregunte si la afección de su hijo se puede tratar de otra forma.
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Sepa por qué se recomienda una prueba o un procedimiento y qué podrían significar los resultados.
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Sepa qué esperar si su hijo no toma el medicamento o si no se realiza la prueba o el procedimiento.
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Si su hijo tiene una visita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo esta.
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Sepa cómo comunicarse con el proveedor fuera del horario de atención. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga preguntas o necesite ayuda.
Revisor médico: Dan Brennan MD
Revisor médico: Liora C Adler MD
Revisor médico: Raymond Kent Turley BSN MSN RN
Última revisión:
3/1/2023
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